.La habitación de arriba.
Todo
empieza durante una fría noche de invierno, cuando Cristina Lopez, una
universitaria de 19 años de edad, tuvo hacer las veces de canguro para
conseguir algo de dinero. La joven debía hacerse cargo de los hijos de un
matrimonio que vivía dos manzanas más abajo de su casa. Se trataba de dos
niños, uno de 5 años y el otro de 13 meses, que apenas le causarían molestias.
Al dar las nueve de la noche, Cristina acudió al domicilio del matrimonio donde
pasaría la peor noche de toda su vida...
Era una casa enorme, tenía dos pisos y
una buardilla de esas antigüas que parecía haber salido de una película de
terror. Arriba se encontraba la habitación de los niños y la de la pareja y en
la parte de abajo había un gran salón donde la joven aprovecharía para seguir con
sus estudios mientras estaba pendiente de las necesidades de los críos. A las
diez les puso el pijama y los subió a la habitación en la que dormían rodeados
de unos grandes muñecos de peluche que parecían tener vida propia. El tiempo
comenzó a pasar lentamente y por fin llegó la media noche.
El cielo estaba
completamente oscuro y una fina lluvia comenzó a golpear los cristales de la
casa. Minutos más tarde, empezó a empeorar el tiempo, y lo que en un principio
era una inofensiva lluvia de cuatro gotas de agua, llegó a convertirse en una
de las más aterradoras tormentas de los últimos tiempos. Debido a una subida de
tensión, las luces del salón se fundieron una por una y la joven comenzó a
notar como el miedo recorría su cuerpo de pies a cabeza.
De pronto comenzó a
sonar el teléfono y la muchacha corrió a cogerlo pensando que se trataría del
matrimonio. Pero no fue así, al otro lado del teléfono podían escucharse los
gemidos de un hombre que parecía querer asustarla. Era una voz profunda y
tétrica, realmente aterradora!. El hombre del teléfono decía una y otra vez:-
¡Voy a por los niños y luego a por ti! -, ella quiso pensar que era una broma
pesada de algún amigo.
La casa estaba completamente congelada, hacía un frío
espantoso, pero... ¿de donde procedía? Era como si alguien se hubiese dejado
una ventana abierta, pero ella ya se había asegurado de cerrarlas todas antes
de acostar a los niños. El teléfono comenzó a sonar de nuevo; en ese mismo
instante los críos comenzaron a gritar de una forma agonizante. Christen
recordó que podía utilizar el localizador de llamadas para poder saber de donde
procedían las llamadas y de quien era la misteriosa voz que la acosaba.
Descolgó el teléfono, pulsó la tecla de localización y esperó durante unos
cuantos segundos. Un 'bip' fue el decisivo para desvelar el misterio, pero no
hizo que el miedo desapareciese, ¡sino todo lo contrario! Lo que la joven
descubrió en esos instantes la dejó sin apenas poder respirar! Las llamadas
procedían... DE LA HABITACIÓN EN LA QUE SE ENCONTRABAN LOS NIÑOS
DURMIENDO!!!!!!
Por el auricular del teléfono pudo escuchar como la voz del
hombre le decía a gritos: - "Quédate ahí quieta, enseguida bajaré a por
ti..."
"Si alguna vez os quedáis solos en casa aseguraros de cerrar
bien todas las puertas y ventanas o el mal podrá colarse a través de
ellas"
Feliz año nuevo 202
Hace 2 meses
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