.El color rojo.
Érase una vez una maestra que era muy bonita. Pero por mas bonita que fuera, tenía un corazón podrido. Inmersa en sus propios objetivos y amargura, descargaba con sus estudiantes la frustración de llevar una vida que no le gustaba y le ensombrecía el ánimo con cada día que pasaba.
En su clase, había un chico que se enamoró perdidamente de ella. La maestra sabía de esto y rompió su corazón, decidiendo no terminar con eso también pensó que sería buena idea humillarlo para su propia diversión. El pobre muchacho no aguanto más y se suicidó. A la maestra no le importo lo que sucedió y con una pluma roja tachó el nombre del estudiante.
Un día que la maestra se tuvo que quedar trabajando hasta tarde. Al salir de la pequeña habitación que constituía la sala de profesores, se encontró con que había un estudiante en el pasillo que le daba la espalda. Le pareció extraño que un estudiante estuviera allí a esa hora, así que lo llamó.
Cuando la maestra lo vio, sufrió se desmayó del horror al comprobar que una equis roja cruzaba el rostro pálido y demacrado del niños, era un tachón similar al que ella misma había hecho sobre el nombre del pequeño estudiante.
.Las fotografías.
No tuvo miedo de estar sola, porque ya había acampado por su cuenta muchas veces antes. Estableció una tienda en medio de un pequeño claro y pasó el día tomando fotos. Se llenó cuatro rollos de la película por aquel viaje, pero algo era extraño sobre ellos.
Lo que vio en aquellas fotografías se ha quedado con ella desde entonces, y todavía trata de reponerse del trauma le han causado. Casi todas las imágenes fueron normales, salvo una imagen en cada rollo de la película. Estas fotos eran de ella, dormida en su tienda en medio de la noche.